
Me imagino que muchas personas dirán: "hacer
carne asada es muy fácil"; si lo es, pero una cosa es: CARNE ASADA Y OTRA
COSA ES CARNE A LA PARRILLA.
Y hoy les voy a platicar el procedimiento para
lograr que esta última sea un éxito.
Ningún otro procedimiento requiere tanta
experiencia ni tanto sentido culinario.
Naturalmente, y aunque en todas partes hay
personas capaces de preparar excelentes asados a la parrilla, son los
argentinos los maestros consumados en este arte, ya que la proliferación de
restaurantes típicos argentinos se encuentran en las grandes ciudades del mundo
y es la mejor prueba de ello.
Un asado a la parrilla, cualquiera que sea el
tipo de carne (vacuno, cerdo, cordero), posee reglas que no pueden ser
violadas.
La parrilla debe estar muy limpia y completamente
seca, sin esas adherencias tan frecuentes acumuladas de anteriores asados.
El fuego ha de mantenerse muy vivo, en el momento
de poner la carne sobre la parrilla debe estar prácticamente ardiente. La carne
tiene que "prender" muy rápidamente, tomar color y ponerse crujiente
por ambos lados.
En cambio, no puede haber un calor demasiado
fuerte, pues entonces la carne se ablandaría, aparecería el tejido musculoso y
el resultado final sería muy poco recomendable.
Antes de poner la carne sobre la parrilla,
conviene engrasar ésta con aceite o mantequilla derretida, de este modo evitará
que la carne se pegue en la rejilla, ya que podría desgarrarse al darle la
vuelta o al retirarla, perdiendo parte de su jugo.
Nunca debe utilizar un tenedor o instrumento
puntiagudo para dar vuelta a la carne, pues también de esta manera se producen
pérdidas de jugo. Lo mas indicado para dar vuelta a la carne será una espátula o algún utensilio similar de
forma plana.
La carne no se sazona con sal antes de ponerla en
la parrilla, se espera a que se haya
prendido por un lado y al darle la vuelta, se le sala por encima.
La sal, en efecto hace que se desprenda el agua
que contiene la carne y esta no quedaría jugosa y crujiente.
El tiempo de cocción y la intensidad del fuego
son dos aspectos cruciales, que ponen a
prueba la habilidad y el talento del cocinero o cocinera. Como es lógico,
varían con el espesor del trozo de carne que deseamos asar a la parrilla. Un
bistec delgado puede tener bastante con un minuto por cada lado si lo queremos
"muy poco hecho"; hasta el máximo de tres minutos por cada lado, si
lo preferimos "hecho". En dos
minutos se obtendrá el punto que los franceses llaman "saignat" (en
buen español sería "sangrante), y que es el preferido de los buenos
gastrónomos.
Cuando se trata de piezas de mayor grosor, una
vez que la carne haya prendido por un lado habrá que disminuir la intensidad
del fuego, para que la carne se haga por dentro; de lo contrario nos
encontraríamos muy pronto con la típica parrillada del principiante:
UN HERMOSO TROZO DE CARNE CARBONIZADA Y AL MISMO
TIEMPO CASI CRUDA POR DENTRO.
Como leerán, no es tan fácil ser un experto, si
siguen estos consejos al pie de la letra, A&M Organizadores de Eventos, S.A. les promete que la proxima vez que inviten a sus amigos y
compadres a cenar CARNE A LA PARRILLA, los van a dejar con la boca abierta...
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